jueves, 23 de noviembre de 2006

Abuso sexual: Dibujos desde el infierno

Una exposición recorre, a través de sus pinturas, el sufrimiento y la angustia de menores maltratados

Ana Santiago/Valladolid

No pueden escapar.

Los juegos, los dibujos animados, el cole, una excursión o un cumpleaños no son el centro de sus vidas. El miedo y el odio se han apoderado de sus horas y la salida rara vez llega antes de tener suficiente edad para ser capaz de expresarlo. El abuso, físico, emocional y sexual les llega desde cerca. Es papá, y además mamá se esconde o al revés, no sabe o no puede saber.

Menos veces es un vecino en el que se confía, un tío o compañeros de clase. La tortura del maltrato, el infierno en el que viven los niños víctimas de abusos sexuales llega a sus pinturas dolorosamente explícito. El dibujo les permite, les ayuda a expresar cómo ven a su familia, donde sienten el peligro, sus más profundos temores de forma más fácil que las palabras.

La exposición 'La huella del maltrato', que la Obra Social de Caja España exhibe hasta el próximo día 24 de noviembre, recoge más de treinta dibujos pensados, sentidos y trazados desde el infierno de una infancia robada. La Asociación Castellano-Leonesa de Defensa de la Infancia y la Juventud Rea, en colaboración con la federación nacional de este tipo de organizaciones, conmemora su décimo aniversario con jornadas técnicas y lúdicas y con esta difícil de ver exposición, impactante y real, que invita a la reflexión y a la incomodidad de acomodarse porque el maltrato está cerca.

Terapia

Los dibujos de menores de entre 6 y 14 años han sido realizados por pequeños tratados en el Gabinete Noguerol de Madrid especializado en terapias para niños que han sufrido todo tipo e abuso. Son pinturas de niños que, en general, ahora ya están bajo el amparo de una tutela estatal o de padres de acogida o al menos para los que alguien ya ha dado el paso de sacarlos de su situación; pero son retratos de su angustia, historias de soledad.

Cada pintura está acompañada de su historia y de una orientación del psicólogo que ayuda a interpretar su mensaje.«Quiero vivir y sobre todo quiero ser feliz». Son palabras escritas con tan solo once años que no solo conocen la agresión sexual de su propi@ madre o padre y de los miembros de la secta a la que pertenece sino que está enganchado con su agresor, no sabe desprenderse de la necesidad de quererlo, porque es su padre. Pechos ensangrentados, familias y padres en los que predominan -a gran tamaño y muy marcados- sus órganos sexuales, manos que pegan o una casa llena de ventanas porque con solo diez años permaneció un año entero encerrada.

«Mañana viene mi padre a casa, ojalá no pase nada, pero presiento algo malo», escribe otro triste protagonista de esta muestra.


EXPOSICIÓN
Con tan solamente siete años, la víctima de agresiones sexuales por parte de sus compañeros de colegio expresa con manifiesta claridad la situación que vivía cuando iba al cuarto de baño. Lo tocaban, y también la orina y los excrementos. El caso fue denunciado y sobreseido.Es sufrimiento lo que busca y logra expresar este menor en su cuadro. Hijo de padres drogodependientes y con sida, la madre intoxicó al pequeño con metadona y declaró que le estaba tratando una otitis. El niño explica que su cuadro expresa dolor, un grito.Es un enfado muy grande. Mamá lo hace a menudo, cada vez que este pequeño de 14 años ha estado con el padre (el matrimonio se ha separado) y vuelve a casa. La madre o no habla a sus hijos o los interroga obsesivamente. Tiene diez años y un retraso psicomotor. Su padre abusaba frecuentemente de ella; incluso en urgencias encontraron semen en sus genitales.
Dibuja una niña con una «tripa llena de círculos que son bebés que quieren salir».

Título: 'La huella del maltrato'

Lugar:
Obra Social de Caja España en la Plaza de España.Fechas:

Abierta hasta el día 24 de noviembre.Horario:

Desde las 19.30 horas a las 21.30.

Lunes y Miércoles, de 20.30 horas a 21.30.
Marcados de por vida

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